En Japón, Shodo literalmente significa “el camino de la escritura” y como todo arte tradicional japonés es influenciado fuertemente por el budismo zen. Tiene el objetivo de alcanzar un crecimiento personal y espiritual, en este caso, a través de la escritura japonesa. Muchos lo consideran la séptima arte marcial.
Cada carácter o Kanji (漢字) debe ser escrito sin pausa siguiendo el orden de trazado específico. Aprendes a tomar conciencia de la postura corporal, la carga de tinta, la prensión y posición del pincel, la velocidad del movimiento, entre otras cuestiones inherentes a la práctica.
Los materiales son muy importantes, son los “cuatro tesoros” de este maravilloso arte: el pincel (Fude筆), el papel (Kami紙), la piedra para moler (Suzuri硯) y la tinta (Sumi墨). Esta técnica resalta por su simpleza y belleza.
Paulatinamente vas desarrollando la concentración y una práctica perseverante no sólo permite obtener resultados satisfactorios en cuanto a lo estético, sino que el proceso en sí se vuelve una actividad muy placentera y desafiante.